Derribos (II) y tragicomedia

Hace pocos meses mencionaba el pequeño edificio de la Bajada de la Libertad que iba a ser suprimido para levantar en su lugar un bloque de pisos de varias alturas. Lo que desconocía entonces era que el inmueble colindante iba a sufrir la misma suerte. Esta es la dramática imagen que aparecía a los indiferentes ojos vallisoletanos algunos días atrás. Lo verdaderamente patético es lo que se nos viene ahora. El edificio, de valores totalmente irrelevantes como su antigüedad, sus materiales constructivos, su sistema estructural, su implantación en un entorno histórico (nótese la ironía), poseía esa protección "fachadista" contra la que tanto suelo despotricar. Pues resulta que, a instancias de la propiedad, nuestro Ayuntamiento cancela esa protección (previa modificación del PGOU y del PECH) para un limpio y legal derribo completo. En esas estábamos, cuando el Tribunal Superior de Justicia, a instancias de la Junta, revoca la decisión municipal hace unos días y manda detener la demolición. Las máquinas paran, se retira el andamio... y ahora, ¿qué? Quizás pudiéramos jugar a volverlo a montar ladrillito a ladrillito. O asistir a una tragicomedia urbana más en Valladolid (a veces pienso que me equivoqué con el nombre de este blog). También han tenido que parar por similares motivos las obras del aparcamiento de al lado de la Catedral, para dar otro dato. La solución, como siempre, será aceptar el hecho consumado, cruzarnos de brazos, dejar que todo repose un tiempo, y volver a empezar. Y reírnos y aplaudir el espectáculo.