Derribos (III) diferidos

Siempre me ha llamado la atención este edificio de la Plaza Portugalete, casi frente a la catedral. No parece mal lugar para situar una residencia si te gusta vivir en el mismo centro de la ciudad, o para un despacho profesional, o un comercio. Pero su aspecto no anima mucho. Quizás por eso se presentó una solicitud de ruina en el ayuntamiento; en el boletín oficial de la provincia de hace unos días sale la historia. Durante los trámites, el ayuntamiento requirió información adicional al propietario; concretamente, la relación de ocupantes del inmueble, que aun siendo obligatoria, parece que casualmente se olvidó. Y todavía queda uno (o una). Y como la ley dice que hay que hacer llegar todas las notificaciones, copias de informes, etc, no sólo al peticionario, sino también a los ocupantes aunque no sean propietarios, pues la cosa se demoró bastante, hasta el punto de que la propiedad pide que se le conceda la declaración de ruina por silencio administrativo. Finalmente, el ayuntamiento resuelve que, de silencio positivo, nada, y desestima la petición, porque el coste de las obras de reparación no excede el límite del deber legal de conservación, según sus propios cálculos. Contra este acuerdo puede presentarse un recurso de reposición, y todas esas cosas jurídicas. Pero lo que ahora me pregunto es: si el coste de las obras para mantener las condiciones de seguridad y estabilidad de la casa no es tan elevado como para superar ese límite del deber legal, ¿el propietario adecentará el edificio, o simplemente esperará a que se estropee más para que una posible restauración salga más cara y, finalmente, le concedan la ruina y pueda así desalojar al inquilino? Me inclino por la segunda opción.

Divulgar modestamente

Llevo unos meses sin presentarme por aquí, pero no voy a dar excusas ni nada parecido, porque no hay. Y el motivo de la vuelta es, por un lado, ese extraño movimiento que se da intermitentemente en internet de "etiquetar" (más abajo explico) con el que el señor JP, el de las putas, las pulgas y los piojos, me ha despertado del letargo, y por otro, mencionar que mañana jueves voy a dar una charla sobre historia urbana de Valladolid en una asociación, y hablaré un poco de la Plaza de Palacio que una vez tuvimos. O sea, que unos y otros vamos haciendo algo, aunque sea poco y despacio.
Ahora pego directamente y en inglés las instrucciones de este curioso juego; conocía otras versiones en las que al final aparecía en pantalla el amor de tu vida o algo así; creo que esta modalidad es menos sugerente, aunque será la primera vez que lo haga.

The rules:

1. Link to your tagger and list these rules on your blog. JP, owner of the blog De Putas, Pulgas y Piojos was my tagger and he is responsible.
2. Share 7 facts about yourself on your blog - some random, some weird.
3. Tag 7 people at the end of your post by leaving their names as well as links to their blog.
4. Let them know they have been tagged by leaving a comment on their blog.
5. If you don’t have 7 blog friends, or if someone else already took dibs, then tag some unsuspecting strangers.

Siete cosas sobre mí:
-Trabajar, trabajar, trabajo unas tres o cuatro horas diarias (alguna vez llego a cinco). El resto del tiempo es para cosas más o menos agradables, por lo que no lo considero trabajo (y además no es remunerado).
-A cambio, gano una cantidad de dinero menor, e irregularmente, que los llamados mileuristas. No sé cuándo se acabará por romper mi precario equilibrio.
-Mi ideal de vida sería tener una casita (más bien casona) con una gran biblioteca en un pueblo perdido, y dedicarme a fabricar adobes.
-Pero lo que más me gusta es escribir cuentos de miedo, y guardo la secreta ambición de poder alguna vez publicar algo. Y si es la novela que tengo en curso, pues mejor.
-Si es por desear, quisiera también haber aprendido música de la seria, es decir, violín, sinfonías y todo eso. Me tuve que conformar con un efímero conato fallido, valgan las redundancias, de grupo musical semipop.
-Otra de deseos irrealizables: descubrir algún gran monumento perdido, oculto en un bosque profundo, y publicar los hechos y dirigir las investigaciones (mentalidad decimonónica la de uno).
-Y la última, más personal; aun a pesar de asumir su inexistencia, me dan miedo espíritus, fantasmas, ectoplasmas y demás parientes; y a veces resulta molesto.

Y ahora lo difícil, encontrar gente (blogs y/o flogs).
Valladolid 1773
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Sr M