Una visión crítica sobre los constantes cambios urbanos que se ven y se sienten (que yo veo y siento) en esta ciudad.

Nombre:
Lugar: Valladolid, Castilla y León, Spain

miércoles, abril 26, 2006

El Coca

El cine Coca tuvo una vez este aspecto. No sé de cuándo es la foto. La plaza donde se encontraba, como todo el mundo sabe, es conocida como Plaza del Coca, aunque en realidad lleve el nombre de un eximio historiador de cosas de Valladolid, cofundador y primer presidente de la Sociedad Castellana de Excursiones. Tuvo que retocarse la cara y afearse (el cine), para seguir la corriente de todo su entorno, que bien podría ser hoy el de una nueva ciudad turística costera, de tan feo y estropeado. Se puso esa especie de chapa azul que le tapaba la fachada, y que nos resulta más familiar que el eclecticismo de la foto. El Coca, por su situación, casi podría considerarse heredero del primer corral de comedias de Valladolid, que se encontraba muy cerca. Hasta su cierre, además de cine del comercial, también proyectaba sesiones de la SEMINCI. Hace unos meses lo derribaron. La herida aún está abierta, literalmente; pueden verse las calles de un lado a otro del solar, y los muros medianeros de gran altura. Es otro trozo de ciudad que se nos ha ido. No sé lo que construirán en su lugar, pero me hago una idea, aunque tampoco me importa demasiado.

miércoles, abril 12, 2006

Ejemplo de fachadismo agravado

Esta casa señorial es conocida como Casa de los Miranda. Debió de ser levantada en el siglo XVI, aunque con reformas posteriores (para conocer la historia del edificio y sus propietarios, recomiendo el libro Arquitectura y Nobleza: casas y palacios de Valladolid, de Jesús Urrea). Se encuentra en pleno centro, junto a la iglesia del Salvador y cerca de la calle Teresa Gil. El andamiaje que sostiene los paredones es verde en este caso, y se encuentra mayoritariamente dentro del solar. La vergonzosa situación de fachadismo se agrava por dos causas: la nobleza y antigüedad de la construcción (edificio palacial renacentista castellano, con fachada monumental, zaguán, patio porticado y escalera en esquina), y la rapidez del avance de la ruina ante la desidia de todos nosotros (hace poco más de diez años el edificio se encontraba íntegro). El proceso sería largo de contar; por resumir, digamos que se unieron la dejadez y la burocracia en perfecta armonía. La siguiente fase en el procedimiento es la rebaja de la protección que le otorgan el PGOU y el PECH; claro, apenas queda nada que proteger. Pero esta disminución no es un simple cambio administrativo; también supone que se puedan realizar más tipos de obras en el solar, como, por ejemplo, desfigurar la tipología original y la distribución de espacios, cambiar la ubicación del patio y la escalera, excavar un aparcamiento subterráneo... El objetivo final de todo, como se puede suponer, es la construcción de un nuevo edificio de viviendas carísimas, muy "respetuoso" con la Historia porque conserva una fachada y unas columnas, que seguro pronto veremos erguirse tras los viejos muros de piedra y ladrillo.

miércoles, abril 05, 2006

Fachadismo

Estos elementos de color rojo brillante se han convertido ya en parte del mobiliario urbano de Valladolid. Rara es una calle del centro histórico donde no encontramos alguno. Todos sabemos para qué sirven, y no se puede negar que aportan una gran sensación de solidez. Son una parte fundamental de la teoría urbanística favorita en nuestra ciudad: el fachadismo. Incluso estoy por creer que el "cariñoso" apelativo de fachadolid con que se nos obsequia de vez en cuando tendría más fundamento si se debiera a esta cuestión. La teoría del fachadismo consiste en derribar un edificio antiguo manteniendo en pie su fachada, haciendo creer que de esta manera se respeta escrupulosamente el patrimonio histórico de la ciudad. Y las normativas al uso fomentan alegremente la práctica con sus asépticas directrices de conservación: que si protección ambiental, que si estructural, que si sólo fachada, que si tal, que si cual. Además de la pérdida material que supone el fachadismo, su aplicación tiene otras consecuencias. Detrás de cada caso encontramos irremediablemente una operación inmobiliaria de lujo, que introduce cambios poco perceptibles a simple vista, pero reales: la elitización del centro de la ciudad. Donde sólo hay viviendas caras, llegará un momento en que sólo haya tiendas caras, bares caros, coches caros. El centro se convertirá en un espacio semiprivado, al que la gente "normal" no tendrá ningún interés en acudir. O quizás no sea así. A lo mejor esa es la única manera posible hoy por hoy de mantener al menos el aspecto de las calles y el uso residencial de los edificios. No lo sé. Este dilema urbano es bastante más complicado de lo que parece a simple vista.