De árboles y otras hierbas (II)
Retomo el título de un poco más abajo, y el lugar de ayer: la Catedral. Y evoco una imagen que nunca más volveremos a tener, y que ha acompañado a los Vallisoletanos desde hace más de tres décadas. Si alguien que haya pasado por los alrededores de Plaza de Portugalete estos días se ha molestado en elevar un poco la vista, se habrá dado cuenta de que la gigantesca hiedra que cubría parte de los muros descarnados de la Catedral ha desaparecido. Y no sólo ella, sino también todos los árboles que crecían en esa misma zona de la Plaza, y también los de una isleta de la cercana Plaza de la Libertad (varios pinos, acacias, no recuerdo exactamente qué especies ni cuántos ejemplares). Todos ellos víctimas de un aparcamiento subterráneo terriblemente mal situado y de un proyecto de remodelación carente de la sensibilidad necesaria. ¿Hace falta ese aparcamiento en ese lugar? No, porque será un mayor foco de atracción de vehículos (vallisoletanos del mundo, vengan todos al centro con sus coches, que hay sitio). ¿Hacía falta quitar la hiedra? No, porque unos muros de dos metros de piedra ni se enteran de que les crece una planta encima, y además servía para ocultar las decrépitas construcciones traseras de la Catedral y la brusca transición entre la truncada Seo y los restos de la Colegiata; y por añadir otra razón simplemente estética, suponía un hermoso contraste de color verde con la piedra blanca de fondo (se supone que la limpiarán, porque ahora es casi negra). Deberíamos sentirnos un poco tristes, creo yo.
2 Comments:
Pues a mí me ha parecido estupendo quitar esa horrible hiedra que desfiguraba totalmente ese lienzo de la malhadada Catedral. Con la hiedra fuera, se ve muchísimo mejor la construcción del edificio herreriano y cómo van desapareciendo sus líneas arquitectónicas y aparece la Colegiata medieval. Me gusta esto mucho más que esa masa informe que era la hiedra y que además agredía a la frágil piedra caliza.
En cuanto al aparcamiento, estoy a favor. Si queremos repoblar el centro, manteniendo una ciudad agregada y tratando de eliminar esa forma de urbanismo un tanto ilógica que son las de las urbanizaciones, que gastan muchísima energía, en calentar edificios aislados y los habitantes en desplazamientos (porque hay qye usar el coche hasta para ir a comprar pipas). Lo que se debe hacer es que estos aparcamientos de Portugalete sirvan en su gran mayoría para residentes y crear un anillo de aparcamientos para visitantes en torno al centro urbano, para que estos aparquen allí y no se metan con el coche hasta adentro. Algo así se está haciendo ahora con el aparcamiento de la Circular, con el de Isabel la Católica... Por lo menos, creo que vamos por buen camino para reducir el tráfico en el casco antiguo y poder repoblarlo al mismo tiempo.
Soy estudiante de Arquitectura en la UVA y me he encontrado con este interesante blog.
Hola.
En esto, como en todo, es cuestión de criterios. Si tú prefieres la piedra vista, yo me inclino más por los contrastes y la imagen, así como medio salvaje, que aportaba la masa verde de la hiedra. Además, estaba justo en el punto más conflictivo, la intersección del prisma de la catedral con los ábsides y las construccion auxiliares de ladrillo, ocultando esos puntos que, a mi juicio, quedan muy feos a la vista.
Respecto al aparcamiento, obvias la circunstancia de que precisamente se ha concebido como rotatorio, y no para residentes (veremos cómo acaba todo, porque parece que el tema, con la orden judicial que anula la decisión del Ayuntamiento, va para largo). Aunque no creo que para repoblar el centro sea necesario horadar nuestra ciudad hasta el extremo, sino más bien rehabilitar viviendas y colocarlas en el mercado a precios razonables.
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