Una visión crítica sobre los constantes cambios urbanos que se ven y se sienten (que yo veo y siento) en esta ciudad.

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Lugar: Valladolid, Castilla y León, Spain

domingo, febrero 05, 2006

La fragilidad de la piedra

Estos días ocupa un lugar relevante entre los temas de opinión ciudadana nuestra Catedral, concretamente su Atrio. Sí, ese lugar siempre vacío y muy apto para el consumo callejero de alcohol o de otras muchas cosas (esto lo dijo el Alcalde, y resulta que tiene bastante razón). Dentro del proyecto que remodelará el entorno del monumento, se contempla el desmonte (una forma suave de decir destrucción) de este Atrio. He tenido ocasión de hablar con el arquitecto que ganó el concurso que se convocó en su día, y la verdad es que defiende su idea de una manera razonable: es necesario resolver el problema de aislamiento de nuestra maltratada Catedral facilitando su integración en la ciudad con una escalinata (que habrá de sustituir al Atrio) desde la Plaza de Portugalete hasta la portada principal. Otra cosa es lo razonable que pueda considerarse destrozar un elemento arquitectónico de primera magnitud de casi 300 años de antigüedad para solucionar ese problema, por mucho que en el plano original de Juan de Herrera existan en ese preciso lugar unas líneas de difícil interpretación. Al final, como siempre, se tomará la decisión equivocada. A menos que seamos nosotros quienes lo evitemos. Por eso tengo pocas esperanzas.

2 Comments:

Blogger Suetonius said...

Yo como arqueólogo soy partidario de la consolidación de la estructura, dado su interés histórico y artístico.
Es cierto que la zona se usa para el litroneo e incluso consumo de drogas, viene siendo una práctica habitual en la zona (recuerden el muro izquierdo de la catedral y sus costumbres), sin embargo, y tomando como precedente lo que ocurrió con el adecuamiento de los parques del entorno con la iluminación y arreglo del atrio es posible que el lumpen que se reune al calor del alcohol se esfume.

Puede ser buena idea iluminar la zona, abrir las verjas y facilitar la entrada, establecer jardines y bancos y vigilar la zona más a menudo. Todo ello antes de la destrucción del elemento artístico.

lunes, mayo 08, 2006 9:08:00 p. m.  
Blogger El Dilema Urbano said...

Claro. Simplemente con peatonalizar la calle Arribas, de forma que se pueda ir por ella con tranquilidad, sin temor de que pase un coche y te lleve por delante, ya se habría logrado bastante: poder mirar el atrio desde abajo. Ahora, con todos los vehículos aparcados y las aceras estrechísimas, es imposible.

viernes, junio 02, 2006 9:09:00 p. m.  

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