Decíamos ayer...
...que la desaparición de los árboles había convertido a la Plaza Mayor en un lugar un tanto inhóspito. Que estábamos haciendo una ciudad inhabitable. Puede ser. Pero si nos remontamos en el tiempo, comprobamos (en el Plano de Ventura Seco de 1738, o en cualquier otro plano, grabado o fotografía antiguos) que nunca hubo árboles en la Plaza hasta fechas relativamente recientes (primeros años del siglo XX; un poco antes pusieron al Conde). Era un espacio totalmente vacío, que satisfacía perfectamente las necesidades para las que fue creado: mercado y espectáculos públicos. Siglos atrás, los espectáculos públicos más populares solían ser los autos de fe. Ahora son conciertos, procesiones, cabalgatas, nocheviejas o pistas de patinaje. Entonces, ¿hemos recuperado la imagen original de la Plaza, o la hemos estropeado con el almagre y el hormigón? Pues no sabría decir... pero yo prefiero los árboles.
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