Una visión crítica sobre los constantes cambios urbanos que se ven y se sienten (que yo veo y siento) en esta ciudad.

Nombre:
Lugar: Valladolid, Castilla y León, Spain

martes, diciembre 30, 2008

Pequeñas modificaciones

Me resulta paradójica y a veces inútil la legislación urbanística. Es normal que la ley se cambie, en un intento de mejorar que nunca llegará a la perfección, pero es difícil comprender que muchas veces sea tan fácil adoptar cambios según las apetencias y las solicitudes de casi todo el mundo. Últimamente se han producido algunas modificaciones puntuales del PGOU de Valladolid. Sólo voy a comentar un par de ellas, relacionadas también con el PECH. Una se refiere al último edificio bonito de la Plaza de la Universidad, cuya trasera vemos en la foto. Un pequeño cambio en la normativa (cuya justificación me parece tan mal redactada que he sido incapaz de comprenderla del todo) va a permitir eliminar una parte de la casa, un cuerpo de galerías que probablemente esté casi en la ruina, y aumentar el fondo edificable en la parte que da a la calle Cardenal Cos, hacia la catedral. Aunque me parece enriquecedor para el paisaje urbano que puedan verse los contrastes estéticos que suponen fachadas traseras o rincones decrépitos, el planeamiento permite construir ahí, de modo que esta perpectiva fotográfica pronto (más o menos) no será ya posible. La otra modificación no es novedosa; se trata de la descatalogación de una fachada, que llega después de haber sido ya derribada; está (estaba) en la Plaza de la Rinconada, junto al nuevo edificio de la Sociedad Municipal de Suelo y Vivienda. La justificación de su derribo es su mal estado y su menor altura de planta baja que las colindantes, y se hace hincapié en "su adaptación al reciente edificio municipal" (el de VIVA). Parece razonable. Pero si viéramos una imagen no tan antigua de esa manzana que separa la Rinconada del mercado del Val y del atrio de San Benito, antes de las sustituciones de los edificios, nos daríamos cuenta de que esa menor altura formaba parte de un remate edificatorio en escala descendente, que guardaba una completa coherencia en sí mismo y en su relación con los singulares edificios del entorno. A lo que quiero llegar es que todos esos pequeños cambios, en su conjunto, dan la sensación de un peculiar proceso de huida hacia adelante sin freno que, poco a poco, casi sin darnos cuenta, transforma irreversiblemente la imagen de la ciudad, que tiende, en mi opinión, a una poco atractiva uniformidad de alturas, de líneas y de materiales.