Una visión crítica sobre los constantes cambios urbanos que se ven y se sienten (que yo veo y siento) en esta ciudad.

Nombre:
Lugar: Valladolid, Castilla y León, Spain

lunes, abril 30, 2007

Hechos Consumados

Este es el edificio de la discordia en la calle Niña Guapa. Lo que ha trascendido de todo este lío es que el promotor/constructor se "pasó" de edificabilidad por 107 metros cuadrados (ocupados a los vecinos de al lado, según se dice), que un técnico municipal (arquitecto, al parecer) se equivocó con sus cuentas, y que los tribunales dicen que hay que derribar. Bueno. Quizás me ciegue el prejuicio, pero los técnicos municipales de urbanismo suelen ser bastante quisquillosos, en el buen sentido de la palabra; es decir, que se miran y remiran las cosas para encontrar el más mínimo error u omisión por parte del peticionario de licencia (órdenes de "arriba" y convenios urbanísticos aparte). Por eso, ciego de prejuicio, como digo, estoy por pensar que el promotor/constructor, a quien no conozco de nada, intentó sacar partido de algún error o imprecisión por parte de la normativa o del supervisor, y puso su pica en Flandes: yo sigo levantando, que una vez esté hecho, ya no hay marcha atrás. Y es que ahora el problema lo tienen los pobres compradores, que pueden ser los pioneros en desalojo para restaurar la legalidad urbanística en Valladolid (creo que nunca ha ocurrido). Pero como creo que al final no se llegará al desenlace extremo, y espero no equivocarme por el bien de los residentes, propongo desde esta tribuna una sencilla solución: buscar al promotor/constructor y obligarle a indemnizar a los del inmueble vecino por esos 107 metros. A ver, poniendo un módico precio de 1000 euros por metro cuadrado edificable en esa zona de la ciudad (que no es lo mismo que metro útil de vivienda, no se me alarmen), más una indemnización adicional que doble esa cantidad, nos dan unos doscientos y pico mil euros, treinta y cinco millones de pesetas. Más la multa que proceda en favor de la Administración, claro. Veremos lo que sucede en los próximos meses con este asunto. De un modo u otro, la política de hechos consumados está demasiado encastrada en nuestro proceder cotidiano, y luego pasa lo que pasa.