Una visión crítica sobre los constantes cambios urbanos que se ven y se sienten (que yo veo y siento) en esta ciudad.

Nombre:
Lugar: Valladolid, Castilla y León, Spain

lunes, octubre 30, 2006

Sobre lo moderno

El título de este texto no presupone actitud general ni a favor ni en contra; sólo pretendo hacerme eco de cierto debate que de vez en cuando (quizás menos de lo que debería) surge entre la opinión pública de la ciudad (tampoco demasiada opinión, la verdad), y explicar mi posición, sin más aspiraciones. Este edificio es el Centro Cívico "Bailarín Vicente Escudero", situado cerca de la iglesia de San Juan. Su arquitecto, si no me equivoco, es el mismo que firmó el nuevo bloque de VIVA, frente a San Benito. Coincidiremos en que ambos edificios son lo que podríamos llamar modernos, en una acepción comúnmente aceptada del término. Entonces, ¿por qué uno (este) me parece mucho más acertado que el otro? Porque existe una diferencia fundamental, el lugar. En el caso de la foto, un entorno carente de cualquier atractivo urbano y estético, y con escasez de dotaciones; en el otro, pleno centro de la ciudad. La arquitectura moderna (o contemporánea, comoquiera decirse) es un interesante instrumento para cualificar un lugar, aportarle un valor añadido que no tiene, además de resolver posibles problemas funcionales. Algo tan simple como pasear por esa zona se hace ahora un poco más agradable gracias a ese elemento que destaca por sus formas, colores y materiales; se ha convertido en una referencia que no existía. Pero cuando tenemos un entorno urbano totalmente consolidado (como es un centro histórico en general, y la zona de San Benito de Valladolid en particular) y además con diversos hitos o focos singulares que destacan tanto por su historia como por su escala y su formalidad, resulta muy difícil justificar la inclusión de un edificio que, no sé si por exigencias del programa o por otras razones, se convierte en un competidor de lo que ya existe a su alrededor (fundamentalmente por escala, pero también por sus formas tan abstractas). Creo que las maneras de intervenir en la ciudad histórica deben regirse, más que por imposiciones de épocas (de antes o de ahora), de estilos o de exigencias oficiales, por la mesura.

jueves, octubre 12, 2006

Daños colaterales

Iba a titular este texto como Los Miserables, pero al final he optado por algo menos ofensivo. La verdad es que hay poco que contar acerca de la foto, porque este edificio o, mejor dicho, estas fachadas, han sido noticia en Valladolid durante varios días por el riesgo de desplome que ha motivado su derribo. Una vez más nos encontramos con el fachadismo en su aplicación práctica, pero en esta ocasión, como ocurre de vez en cuando en la vida, ha salido mal: al excavar la cimentación del nuevo bloque, ha cedido la base de sustentación de las fachadas (y yo me sentiría bastante intranquilo si viviera en el inmueble vecino) y no ha quedado otra solución que echar todo abajo. Una vez más, la desmesura y la irracionalidad se hacen presentes en nuestro centro histórico. Pero no me resisto a dejar constancia de otro hecho que me parece más importante. Una de las acepciones de miserable en el diccionario de la Real Academia es mezquino, que a su vez significa falto de nobleza de espíritu. Creo que es una definición bastante acertada para aplicar a estas gentes/empresas que, por las circunstancias de la vida, llegan a ser propietarias de un edificio en un casco antiguo de una ciudad, y tratan de emular a los grandes promotores convirtiéndose en pequeños especuladores, es decir, aplican el efectivo sistema de despejar inquilinos, dejar arruinar y derribar el predio para sustituirlo por pisos de elevado coste. Precisamente tenemos dos ejemplos muy cercanos entre sí en la Bajada de la Libertad, con sendos propietarios dedicados a la óptica y al comercio de ropa interior. Y luego el concejal del ramo dice con toda tranquilidad por la radio que en su partido tienen una idea del urbanismo más liberal. Pues eso, que no nos preocupemos, si sólo son daños colaterales.